lunes, 14 de julio de 2008

Episodio III Continuación

Llegando cada vez más cerca al final de esta historia de romances de la adolescencia, recordamos nuestra última parejita formada por dos de los mejores estudiantes del glorioso 34-M: Patricia Piña y Ricardo Cerón, ella una linda niña bien portada y de bella sonrisa, mientras él, todo un gallardo jovencito que cumplía siempre con los más exigentes cánones del buen vestir. Ambos se distinguían por ser muy seriecitos… hasta que se les sorprendía participando a los concursos de besos que se organizaban en algunas horas libres ya casi al final de nuestro último año escolar; ahí perdían toda compostura los angelitos.




De los noviazgos que duraron breve tiempo y de los amores imposibles, podemos recordar a Erick Croswell, que luego de un choro mareador en una visita a Teotihuacan convenció a Berenice de compartir sus lonches en el recreo. Hay que destacar que Erick se impuso sobre otros gañanes que querían hacer lo propio con la tierna jovencita de bien formados y velludos chamorros; pero nomás no hubo de piña para Rafael Woolrich, Eduardo Pérez y Alejandro Vázquez alias “Tachito”, quien a su vez también había perdido la lucha con Ricardo Sosa alias “El Caballo” por conquistar el corazón de la hondureña Carmen Lorenely Salgado; el pequeño Tachito también moría de amor por una güerita pecosa del 31-M y de cuyo nombre no me acuerdo, pero traía arrastrando la cobija al pobre.


Carmen Salgado y "El Caballo"



Recordando a Woolrich, luego de que su mamá ya no le creía nada de sus conquistas y sin esperarlo, se hizo novio de una niña del Grupo 16-M de primer año y gracias a que Javier Rubio, Jorge Parra y un servidor hiciéramos presencia en ese grupo también.



Woolrich no daba crédito a lo que había conseguido, pues su suerte en el amor no era de las mejores, de hecho a sus recién cumplidos 15 años su única experiencia sentimental era con una colección de muñecas de porcelana de la época Porfiriana y que eran de su abuelita, las cuales sucumbieron ante los pasionales arrebatos del púber Rafael.

Así pues tuvo su primera novia no imaginaria, gusto que le duró realmente poco tiempo, dado que la niña salió huyendo luego de Woolrich intentó besarla con su característico y delatador aliento a huevo con papas; llegando hasta ahí su experiencia en el amor.

Algunos años después de haber egresado de la Secundaria, Lalo, Marco y yo nos encontramos a Rafael Woolrich paseando con su viejo perro por un camellón cercano al Hospital de la Mujer; luego de saludarnos nos resumió su vida afirmando que él sólo mantenía dos vicios: El básquetbol y las mujeres. Después de darnos cuenta que no era broma el comentario, decidimos alejarnos temiendo por nuestra vida y sin volver a saber nada de él.

El Piojo

Otro que le entraba duro a jarabe para la tos y lo hacia imaginar cosas, era Alejandro Martínez Eretza alias “El Piojo”, joven modelo de nuestra cultura macuarra y con un ingenio prometedor, lástima que no lo aplicaba al estudio porque hubiera tenido futuro como escritor de telenovelas. Este pobre juraba haber sido novio de la Cheetos en primer año y sostener noviazgos en secreto con sabe cuantas bellas escuinclas, lo cual no nos tomamos ni siquiera la molestia de constatarlo, pues era más fácil creer en una aventura de Woolrich que en semejantes aventuras.

Continuará…

1 comentario:

Anónimo dijo...

SALUDOS ALEX! YA LEI LO DE LOS AMORES PERROS DE NUESTRO GRUPO, LA CHIQUITA PRECIOSA DEL 31-M SE LLAMA GEORGINA ANAYA MARTINEZ;
POR CIERTO EN DONDE QUIERA QUE ESTÉ PIDO A DIOS QUE SE ENCUENTRE BIEN AL IGUAL QUE CARMEN Y TODOS LOS DEMAS, SON BELLOS RECUERDOS A PESAR DE TODO.

ALEJANDRO VAZQUEZ REYES